Y entonces la taza donde ahogamos los recuerdos,
que aún conservan a algún naufrago
que consiguió atarse las manos a un trozo de esperanza,
esperanza que nosotros intentamos destruir
porque sabíamos de sobra que
saldría a flote.
Y entonces el naufrago,
que subsiste a base de respirarte,
o pensarte o soñarte o recordarte o amarte,
atado al último trozo del naufragio,
luchando contra la furia de las olas que intentan ahogarle.
Y entonces tú y yo,
removiendo el café con una cucharilla que solo sabe herir al naufrago
porque a tí y a mí ya nos hieren nuestras miradas;
rebosantes de sueños no cumplidos
y de esperanzas consumidas por el miedo y el "no puedo"
Y entonces la cuchara y el naufrago en lucha permanente,
la cuchara apática que no entiende de "te quieros",
y sigue removiendo el café consumiendo los últimos restos de esperanza
a los que se aferra el último naufrago,
que cansado de batirse en duelo contra las olas
se esta hundiendo entre los cuerpos de los demás desamparados,
que aceptaron la derrota.
que aún conservan a algún naufrago
que consiguió atarse las manos a un trozo de esperanza,
esperanza que nosotros intentamos destruir
porque sabíamos de sobra que
saldría a flote.
Y entonces el naufrago,
que subsiste a base de respirarte,
o pensarte o soñarte o recordarte o amarte,
atado al último trozo del naufragio,
luchando contra la furia de las olas que intentan ahogarle.
Y entonces tú y yo,
removiendo el café con una cucharilla que solo sabe herir al naufrago
porque a tí y a mí ya nos hieren nuestras miradas;
rebosantes de sueños no cumplidos
y de esperanzas consumidas por el miedo y el "no puedo"
Y entonces la cuchara y el naufrago en lucha permanente,
la cuchara apática que no entiende de "te quieros",
y sigue removiendo el café consumiendo los últimos restos de esperanza
a los que se aferra el último naufrago,
que cansado de batirse en duelo contra las olas
se esta hundiendo entre los cuerpos de los demás desamparados,
que aceptaron la derrota.

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